La incursión de Violeta Schilardi en la danza fue casi casual. La historia se remonta a 1977, cuando acompañó a su hermana a una clase de danzas españolas.  Tomándolo al principio como un hobby que disfrutaba, continuó su formación pasando por varios profesores. Cuando llegó la hora de rendir exámenes, a diferencia de su hermana que no se interesó, ella aceptó ser evaluada y de a poco se fue convirtiendo en una carrera. Ésta es una anécdota que hoy día cuenta a sus alumnas en duda frente a un examen o un espectáculo;  cómo su actitud de “y por qué no” la llevó a terminar enamorándose de la danza al lanzarse a probar primero, luego a rendir exámenes, y posteriormente a formar su propia escuela. Se interesó también prontamente en otras disciplinas, como el ballet, la danza jazz, el flamenco y la aeróbica, hasta llegar a competir a nivel nacional en categoría dupla en ésta última.

Paralelamente,  comienza a dar clases con un pequeño grupo de niñas, fundando así Espressione Danzas, mientras continúa perfeccionándose año a año. La escuela comienza a crecer y en 1989 realiza su primer espectáculo de fin de año, evento que se repite hasta el día de hoy ininterrumpidamente y al que se le suma desde hace 15 años, la muestra de mitad de año.